Camino a la Selección Catalana

Muchos adolescentes amantes del voleibol, ya sea de categoría masculina o femenina, aspiran a representar un día a la Selección Catalana en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas (CESA). A pesar de que solo unos cuántos escogidos pueden llegar a entrar, ser parte de la experiencia es un sueño para centenares de jóvenes que se presentan a las pruebas de acceso.

En la primera convocatoria de este curso, más de 250 jugadores y jugadores de Primera División infantil y cadete se han presentado a las pruebas. Un total de 38 clubes, de las 4 provincias catalanas, han aportado jugadores a las pruebas de acceso. Solo el CV Barberà, el Club Natación Sabadell, el CV Sant Pere y Santo Pablo, el CV Martorell, el CEVOL Torredembarra y el CV Vall de Hebrón han aportado deportistas tanto de categoría masculina como femenina en las dos categorías y sexos. De los 38 equipos que han aportado jugadores a las primeras pruebas, 28 de ellos cuentan con jugadores en sus filas que forman parte del programa ARC de la GET Blume.

Antes de conocer las aptitudes como jugadores y jugadores de voleibol sobre la pista, los técnicos responsables de las Selecciones Catalanas miden a todos los deportistas para conocer su altura, el alcance en a mano y también su capacidad de salto. Una vez cuentan con los datos correspondientes, los futuribles seleccionados llevan a cabo ejercicios con pelota de carácter individual y también por equipos. Todo esto es monitorizado los cuatro responsables de las Selecciones Catalanas: el seleccionador femenino, Miguel Fuente; su técnica auxiliar, Esther Carrascosa; el seleccionador masculino, Israel Martín, y su técnico auxiliar, Diego Rodríguez.

Según los propios responsables de las selecciones masculinas y femeninas, preferiblemente, los condiciones que un jugador tiene que tener para poder formar parte del grupo son: altura, envergadura, agilidad y un buen espíritu de equipo, es decir, pasar por delante el grupo al individuo. ‘Nos gusta poder tener todo tipo de jugadores para contar con una plantilla lo más completa posible’, explica el técnico del femenino, Miguel Fuente.

Los que más inquietos procesan toda la acción son los deportistas, que acumulan grandes cantidades de nervios antes de pisar la pista por primera vez. ‘Recuerdo que no paraba de temblar, porque quería entrar a formar la selección y pasar a ser parte activa del grupo’, explica Àlex Pérez, jugador del Vikings Volei Prat, quien ha participado dos años con la selección y ahora forma parte del grupo de la Blume. ‘A pesar de que nos conocíamos entre todos nosotros de enfrentarnos a menudo, casi ni nos dirigíamos la palabra de los nervios que pasábamos, puesto que todo el mundo quería hacerlo bien y destacar’, añade el joven jugador.

Después de las dos primeras concentraciones, que son abiertas para todo el mundo, los seleccionadores hacen un corte para descartar a centenares de deportistas. Los que todavía permanecen con el equipo, llevan a cabo durante prácticamente 7 meses hasta una decena de concentraciones con la selección, que cada vez va reduciéndose más para terminar de confeccionar el equipo final. La semana antes del inicio del CESA, los que todavía permanecen a la lista de preseleccionados, llevan a cabo varios entrenamientos intensivos para preparar el acontecimiento. Aquella misma semana también se dan a conocer los nombres de la lista que representará Cataluña en el CESA. ‘Empecé a dar saltos de alegría, no paraba de explicarlo a toda mi familia e, incluso, me costaba dormir de la ilusión que me hacía’, señala Pérez después de que fuera escogido. El joven jugador se lesionó justo antes del inicio del torneo, pero fue para ayudar y animar a sus compañeros, a quienes considera una familia. ‘Poder estar allí ya es un premio, y estoy más que agradecido de formar parte de este grupo’, señala.

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