Geo Klug: “Me encantó competir en el Vichy Catalan Vòlei Tour, el nivel es muy alto”

Georgina Klug (Santa Fe, 11 de junio de 1984) es una exjugadora profesional de vóley playa y voleibol pista argentina. Dos veces campeona de la liga argentina en pista, fue capitana de la selección argentina, antes de jugar con Ana Gallay, con quién obtuvo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2015. Un año más tarde, en 2016, consiguieron clasificarse por los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como representantes argentinas, uno de los mayores sueños que puede cumplir un deportista de élite. Retirada de la máxima exigencia desde hace unos años para dedicarse a sus hijas, Klug pasa una parte del verano en Catalunya promocionando el voleibol y, a su vez, compitiendo en el Vichy Catalan Vòlei Tour – Campeonato de Catalunya, donde le ha sorprendido el nivel.

¿Quién es Georgina Klug?

¡Qué pregunta más difícil de responder! La definición que más puede acercase es que soy una persona que busca experimentar, disfrutar y aprender de las experiencias y roles que voy desempeñando en la vida.

¿Cuándo y cómo empezaste a relacionarte con el vóley?

Empecé a jugar en la casa de fin de semana de mi familia de muy pequeña y cuando a los 13 años fui a un club inmediatamente se transformó en mi pasión, sobre todo porque era una niña súper inquieta que necesitaba expresarse en movimiento.

Has tocado pista y playa… ¿con cuál de los dos te quedas?

Tuve la posibilidad de representar a Argentina en los dos deportes y jugar como profesional también en ambos, por lo que viví durante casi 15 años del deporte y esto es un privilegio. De cada uno se pueden sacar distintas cosas: por ejemplo, en la pista, me quedo con el trabajo en equipo, los valores que aprendí, y las amigas de todo el mundo que aún hoy son parte de mi vida, como mis amigas de Lleida. En cambio, en la playa, me quedo con el aprendizaje de la superación personal, la autogestión y el desarrollo mental y físico que implica competirlo a alto nivel.

Cumpliste el sueño de cualquier deportista al estar en unos Juegos Olímpicos, ¿qué sentiste entonces? ¿Con qué recuerdos te quedas?

Para mí lo más importante fue el camino olímpico que implicó muchísimos desafíos, compromiso y lo disfrutamos un montón. Lo que más recuerdo es ese proceso de cuatro años y la alegría de la clasificación. Además, tuvimos la suerte de que los JJ.OO. fueron en Rio de Janeiro, muy cerca de casa, así que sentí vibrar la tribuna por primera vez representando a Argentina y con la alegría de tener a mi familia y amigos acompañándonos.

¿A qué crees que se debe tu éxito deportivo?

Lo que puedo ver como algo constante en mi camino es mi pasión y ganas de aprender, mi desapego por el resultado, mi convicción de que todo es posible y mi actitud. Creo que es un conjunto de todo eso.

¿Cuáles han sido las claves del éxito?

No sabría decirte aspectos clave, pero sí que he trabajado a fondo la determinación, el trabajo duro (tanto personal como en equipo) y, sobre todo, la diversión por hacer lo que más me gusta.

¿Cuál es el motivo de que te encuentres lejos de la competición de alto nivel?

En 2017 por primera vez sentí menos motivación para entrenar y menos determinación por los objetivos así que decidí dejar de entrenar y competir. Empecé a abrirme a nuevos proyectos y llegaron mis dos hijas Fiona y Simona a transformar mi vida. La verdad es que no volví a sentir el deseo dedicarme a entrenar para competir a alto nivel.

¿Qué te ha traído a competir en las playas de Catalunya? ¿Lo habías hecho anteriormente?

No había competido nunca a vóley playa en Catalunya, pero sí jugué vóley pista en Lleida en el 2008 y tuve una experiencia hermosa. Llegamos aquí hace poco más de un mes para mezclar las vacaciones con el deporte. Fuimos invitados por el Club Bellveí para colaborar con ellos en unos proyectos. Además, mi pareja también participó en un campus en JC Vallbona (Granollers) y está dando entrenamientos de vóley playa en Beach Voley Garraf Villanova y yo tuve la oportunidad de dar una charla en Sant Just con quien fue mi entrenador, Mariano Singer. ¡Desde que pusimos un pie en Catalunya todas las personas con las que tratamos nos abrieron las puertas y trataron excelente! Lo de jugar surgió después aprovechando la oportunidad de estar en Catalunya y me encantó, disfruté mucho de volver a competir.

¿Qué te ha parecido el circuito después de participar en un par de pruebas? ¿Qué destacarías?

El circuito me gustó mucho, el nivel fue muy bueno y tuve la oportunidad de disfrutar partidos muy parejos. Lo que más destacaría serían tres cosas: la organización; el sistema de “qualy”, donde al organizarse todo en sábado creo que hace que puedan participar en más pruebas los jugadores que estudian o trabajan hasta el viernes; destacar también el Vichy Plus, que permite competir a los que no pasaron la ‘qualy’.

Para ti, ¿es reconocido el vóley playa a nivel mundial? ¿Qué crees que es necesario para que crezca y tenga mayor difusión?

Sin duda el vóley playa es un deporte en desarrollo a nivel mundial, muy joven en relación al de pista. Veo que es un deporte que cada vez suma más personas que quieren jugarlo, me gusta mucho como en Europa se juega a nivel amateur. A nivel de competición mundial y profesionalización creo que todavía falta mucho, sobre todo la posibilidad de que haya más torneos y mejores premios para que los jugadores puedan dedicarse de manera exclusiva a la competición de alto nivel.

¿Qué significa el deporte para ti en tu vida?

Creo que siempre fue un medio y no un fin en sí mismo. Hoy siento que fue un medio para expresarme, para desafiarme y aprender, para vivir experiencias, conocer lugares y hacer amigos, al mismo tiempo que era mi trabajo y por eso me considero muy privilegiada. El significado que tiene hoy en mi vida además de los frutos de todo lo que viví, estoy empezando a descubrirlo.

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