Fundado hace prácticamente 25 años por su actual presidente, David López, y un grupo de amigos, nace el CV Vall d’Hebron, una entidad dedicada única y exclusivamente al voleibol. Este club, por el que han pasado prácticamente 10.000 deportistas desde su creación, es una parada obligatoria para cualquier jugador/a de Barcelona y alrededores. Actualmente, el equipo del distrito de Horta ostenta el título de entidad con más equipos federados en Catalunya, con un total de 30.
‘Cada proceso tiene su tiempo, y nosotros hemos ido haciendo pequeños pasos para poder lograr el nivel institucional donde estamos ahora mismo’, explica David López Tapia, sentado en su despacho rodeado de infinidad de trofeos, pelotas y reconocimientos. No fue hasta la temporada 2012-2013 que la entidad logró los primeros éxitos deportivos, coronándose campeones de la Copa Princesa y de la Superlliga Femenina 2, a la vez que el primer equipo masculino ascendía a la Liga FEV.
Sin capacidad económica para mantener los éxitos de ambas ramas, el club decidió aguantar solo al femenino en la élite, a pesar de que el año siguiente también renunciaría para salvaguardar la economía y el futuro de la entidad. ‘Lo más importante para nosotros es tener una buena base, y era por donde se tenía que ir en aquellos complicados momentos’, señala el presidente del CV Vall d’Hebron. La entidad de Horta se encuentra actualmente en su cenit institucional, ya que cuenta con prácticamente medio centenar de grupos de entrenamiento y de competición, que, según el mandatario, ‘mueven a más de 4.500 personas entre deportistas, familiares y simpatizantes’.
¿Cómo se puede lograr un volumen de trabajo tan elevado? Horas, horas y más horas, responde López. ‘Es muy difícil encontrar espacios adecuados para la práctica del voleibol que estén disponibles los fines de semana’, comenta. El pabellón donde disputa sus partidos, el Ègora Olímpics, solo admite un máximo de 15 partidos cada fin de semana, por lo que tiene que tiene que multiplicar esfuerzos para encontrar un espacio libre por los alrededores, donde se tiene que coordinar con otros deportes como el baloncesto y el fútbol sala.
‘Integración, igualdad o respeto son algunos de nuestros valores como club, los cuales intentamos expandir al distrito de Horta-Guinardó porque todo el mundo, sea niño o sea adulto, pueda tener una vida saludable y feliz a través del voleibol’. Con estas bases trabaja la entidad de la Vall d’Hebron, que ha visto cómo han pasado por el club deportistas que más tarde se han hecho un nombre internacionalmente, como Mar Arranz, Maria Segura o Mabel Caro.
El primer equipo femenino, que compite desde hace varias campañas en la Superlliga Femenina 2, no ha empezado la temporada con los resultados esperados. Después de siete jornadas disputadas, el equipo ha conseguido solo una victoria, pero se mantiene cerca de las plazas de permanencia, lo que el presidente considera ‘su liga’. ‘Ojalá un día podamos dar un paso más y competir en la élite, pero hoy por hoy no es viable poder estar en Superlliga Femenina’, replica David López. El presidente del CV Vall d’Hebron admite que tanto el staff, como a las jugadoras les haría ilusión, pero que, con el sacrificio que la categoría comporta a escala de entrenamientos, preparación física y técnica, desplazamientos, fichajes… nadie podría asumirlo.
‘Queremos que el primer equipo se nutra, en la medida del posible, con gente de la casa, personas que lleven cinco o más años jugando aquí cada semana’, declara el mandatario. Actualmente, cerca del 80% de la plantilla de Superlliga Femenina 2 se ha formado en el club, si bien cuenta con gente procedente de otros equipos que aportan más experiencia a un equipo muy joven.
